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Atención Centrada en la Persona

En 2019 empezamos a incorporar un nuevo y mejor modelo de cuidados que se enfoca en el bienestar emocional y social del individuo, además de en su salud física: la Atención Centrada en la Persona (ACP).

Se trata de un modelo de cuidados que pone énfasis en conocer y comprender a cada persona y en considerar sus necesidades y deseos para adaptar los cuidados y servicios a sus preferencias. 

El/la profesional asignado a la persona busca establecer una relación de confianza, promoviendo su participación activa en a toma de decisiones sobre su propio cuidado.

Principios de la ACP

La Atención Centrada en la Persona se fundamenta en:

  1. la individualidad, reconociendo y respetando la singularidad de cada persona
  2. la autonomía, fomentando el derecho a tomar decisiones sobre su propia vida
  3. la independencia y el bienestar, estimulando capacidades y asegurando el acceso a una atención sanitaria de calidad
  4. la participación, involucrando a las personas en sus planes de atención y en la vida comunitaria
  5. la integralidad, proveyendo una atención completa que considere todas las dimensiones de la persona
  6. un ambiente facilitador, creando entornos físicos y sociales que mejoren su calidad de vida
  7. la inclusión social, facilitando la participación en la comunidad y el acceso a bienes culturales y sociales
  8. la continuidad de los cuidados, asegurando apoyos continuos y coordinados adaptados a sus necesidades cambiantes
Beneficios de la ACP

El enfoque de la Atención Centrada en la Persona aporta múltiples beneficios a las personas residentes:

  • mejora su calidad de vida, aumentando su bienestar y el estado de ánimo
  • mejora su salud, reduciendo la necesidad de atención médica
  • aumenta su autonomía e independencia.
  • incrementa su grado de empoderamiento
  • fomenta su iniciativa y creatividad
  • reduce las alteraciones conductuales, minimizando las de tipo disruptivo
La historia de vida

La historia de vida es muy importante en la ACP. Sirve para conocer de manera detallada la vida, experiencias, gustos, preferencias, necesidades y valores de cada individuo. Esto permite proporcionar una atención personalizada y centrada en la persona, teniendo en cuenta su historia, emociones y deseos.

Al conocerla, los profesionales asistenciales y de la salud pueden adaptar los cuidados y tratamientos de manera individualizada, fomentando así una mayor autonomía, bienestar y calidad de vida. Además, esta información permite establecer una relación de confianza y empatía con la persona a la que se cuida y acompaña.

En definitiva, la historia de vida en la Atención Centrada en la Persona es una herramienta fundamental para brindar una atención de calidad, respetuosa y humana, que tenga en cuenta la individualidad y la dignidad de cada persona.

El profesional de referencia

El profesional de referencia es un miembro del equipo de cuidados que establece una relación cercana y personalizada con el residente. Este profesional conoce en profundidad la historia de vida, valores, y preferencias del residente, lo que le permite proporcionar una Atención Centrada en la Persona.

Más allá de los aspectos clínicos, se enfoca en las capacidades y competencias de la persona mayor, fomentando su autonomía y participación activa en la toma de decisiones sobre su vida diaria. Además, coordina recursos y apoyos del entorno, incluidas las relaciones con familiares y amigos, para crear un ambiente de cuidado integral y respetuoso.

Las actividades significativas

Las actividades significativas son las que tienen un propósito, significado y valor personal para la persona residente. Se diseñan y se llevan a cabo teniendo en cuenta sus intereses, necesidades, experiencias de vida, habilidades y preferencias individuales.

Estas actividades van más allá del simple entretenimiento, ya que están diseñadas para mantener y potenciar las habilidades cognitivas, físicas y emocionales de la persona mayor. Al participar en actividades que le resultan verdaderamente significativas, el residente puede experimentar un mayor sentido de pertenencia, satisfacción y bienestar.

Estas actividades pueden incluir desde hobbies y pasatiempos hasta tareas cotidianas y sociales, todas adaptadas a las capacidades y deseos de cada persona.