15 años de amor y cuidados: El desafío de la pandemia, que nos unió más que nunca

Como en todos los hogares de España y del mundo, la pandemia irrumpió en nuestro Centro de manera inesperada, poniendo a prueba nuestra capacidad de reacción, nuestra organización y, sobre todo, nuestra humanidad. Las primeras medidas fueron claras: proteger la integridad de las personas mayores de la Residencia, los más vulnerables.
Sin embargo, el aislamiento del exterior y el cuidado de la salud física no eran suficientes. La salud emocional era igual de importante. Por ello, además de abrir canales de comunicación con las familias mediante videollamadas personalizadas y reuniones online, multiplicamos las actividades dentro del Centro para que las personas residentes se mantuvieran activos, ocupados y conectados entre sí. Fue todo un reto organizar juegos, talleres y dinámicas respetando la distancia de seguridad… pero era fundamental que no perdieran la interacción social, tan necesaria para ellos.
Otro gran desafío fue garantizar el material de protección: guantes, gel, mascarillas, batas, gorros… Los primeros meses, hasta la llegada de la ayuda oficial, fueron complicados. Pero gracias a la rapidez y compromiso de nuestros proveedores, nunca faltó lo esencial para cuidar a cada persona con la máxima seguridad.
De todo lo vivido, lo que más nos llenó el corazón fue la respuesta de todas las personas que conforman la Familia San José:
- Las familias de las personas residentes, que confiaron plenamente en cada decisión y acompañaron cada paso.
- Las personas residentes, que nos dieron ejemplo de resiliencia y buen ánimo, adaptándose a todo con una sonrisa.
- Nuestro equipo de trabajadores, que demostró por qué eligieron esta profesión: trabajo incansable, compromiso total y una entrega conmovedora.
- Las hermanas de la Comunidad, que con su vocación de servicio se involucraron plenamente en la dinámica del Centro, aportando ayuda en todo lo necesario.
Gracias a todas ellas, superamos la primera y segunda ola sin contagios, un logro que nos llenó de orgullo y nos dio fuerzas para seguir adelante. Cuando en la tercera ola llegaron los primeros casos, las vacunas ya estaban de nuestro lado, evitando síntomas graves. Y en 2022, además de poder volver a vernos las sonrisas sin mascarillas, celebramos un acto de reconocimiento a todos los trabajadores por su entrega y compromiso durante aquellos tiempos tan difíciles. Sirva este texto también para recordar a todas las personas en el mundo que perdieron la vida durante la pandemia.



